viernes, 13 de abril de 2012

QUÉ ES?



La adicción sexual es, en su forma más simple, una actividad sexual normal que se ha transformado en obsesiva, al punto que el comportamiento está fuera de control.
La adicción sexual está catalogada como un “proceso” de adicción.
En un proceso de adicción, el sentimiento eufórico —o estimulante— proviene de químicos liberados en el cerebro, en lugar de fuentes externas.
La mente gradualmente se acostumbra a la liberación de estos químicos y busca continuamente los recursos para lograr esa estimulación.
Esto podría provenir de la comida, la adrenalina de una competencia, colocarte en situaciones peligrosas, o por el estímulo sexual.
La adicción sexual puede tomar muchas formas, desde el uso de la pornografía y la masturbación hasta repetidas relaciones sexuales, contratar prostitutas y voyerismo.
En casos extremos, la adicción sexual puede involucrar asedio, violación e incluso asesinato.
Las muchas formas de adicción sexual tienen una cosa en común, el comportamiento se lleva a cabo en secreto y el adicto al sexo se vuelve hábil en esconder esta vida secreta de aquellos que son más cercanos a él.

QUÉ LA CAUSA?

La adicción sexual es raramente provocada por un solo factor, sino que es más bien la conjunción a través del tiempo de varias condiciones.
En mi propio caso, fui expuesto a la pornografía a una edad muy temprana y a menudo escapaba al mundo fantástico de la pornografía y la masturbación, en lugar de arriesgarme al rechazo de chicas reales.
Incluso después del matrimonio, mantuve mis hábitos, los cuales pusieron una brecha en mi matrimonio que no pude comprender y condujeron al divorcio.
La adicción sexual es algo que fue parte de mi vida por más de treinta años sin que yo me diera cuenta.
Para otra gente, las causas de la adicción sexual pueden incluir experiencias traumáticas durante la infancia, tales como abuso físico o sexual, abandono o trauma emocional.
Cualquiera que sea la causa, la raíz es simple: eso es pecado. Hasta que nosotros aprendamos cómo superar la adicción, continuaremos fallando.


¿Cuál es el Problema... Solo es Sexo?
Uno de los más serios problemas con la adicción sexual, es la manera en que afecta nuestras relaciones.
Como lo había mencionado antes, mi adicción sexual estuvo presente en mi matrimonio y dañó la relación con mi esposa.
Como resultado de mi uso pasado de pornografía, yo tuve mucha más experiencia sexual que mi esposa.
Cuando comenzamos a tener niños, la sexualidad comenzó a decaer más aún, cuando el estrés de cuidar niños e infantes comenzó a pasar factura en ella.
Así que me encontré satisfaciéndome a mí mismo mucho más a menudo de lo que ella me satisfacía. La cercanía en un matrimonio es la combinación de los aspectos físico, emocional y espiritual de la relación.
Desafortunadamente, cuando uno de los aspectos de la relación comienza a romperse, los otros tienden a sufrir igualmente.
Aunque estaba buscando interiormente la satisfacción física, me volví hacia dentro en lo que se refiere a mis necesidades emocionales y espirituales.
Cuando prescindí de necesitar a mi esposa para mis necesidades emocionales, también dejé de satisfacer las suyas.
El resultado fue la separación y el divorcio, luego de trece años de matrimonio y tres hijos juntos. Esto no es inusual, ya que la adicción sexual básicamente es egoísmo.
El adicto al sexo se vuelve obsesionado en satisfacer sus propias necesidades, a costa de aquellos que le rodean y el egoísmo, en cualquier forma, es dañino para una relación de matrimonio.

El otro gran problema con la adicción sexual, es su naturaleza progresiva.
Aunque los anuncios de ropa interior y las películas clasificadas R pueden ser visualmente excitantes para un adolescente, esa excitación no continúa para el adicto al sexo. La necesidad de más y más estimulación, conduce a una pornografía más explícita y de naturaleza fuerte, películas de adultos, páginas web y eventualmente el llevar a cabo fantasías formadas en la mente.
La primera consecuencia de este comportamiento, es que la esposa deja de ser la única persona merecedora de honor en la relación. En lugar de ello, se convierte en objeto de gratificación sexual.
Eventualmente, esto también se vuelve mundano y el adicto al sexo busca entusiasmo de una naturaleza crecientemente ilícita.

¿ COMO SE SI SOY ADICTO AL SEXO ?

Hazte las siguientes preguntas y sé completamente honesto con tus respuestas: 

¿Te masturbas a menudo o te has dado cuenta que la frecuencia ha aumentado?

¿Frecuentas páginas pornográficas en el Internet o clubes desnudistas?
 
 ¿Te encuentras ahogado en páginas pornográficas cada vez que te conectas, incluso si no tenías intención de ir allá?

¿Sientes la necesidad de ver pornografía con el fin de tener relaciones sexuales con tu esposa? 

¿Has tenido una aventura fuera del matrimonio?

Si respondiste afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, podrías estar en las primeras etapas de la adicción sexual. 

Por favor, continúa respondiendo estas preguntas también: 
¿A menudo te masturbas tres o más veces en el día? 

¿Has tenido múltiples aventuras? 

¿Eres cliente regular de las prostitutas?

¿Te ves involucrado en un comportamiento sexual por el cual podrías ser arrestado? 

¿Has tratado de dejar cualquiera de los comportamientos de la primera lista de preguntas y te has dado cuenta que no puedes parar por un tiempo significativamente largo? 

¿Mantienes en secreto una parte de tu vida sexual frente a todos aquellos que son cercanos a ti? 

Si respondiste afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, es muy probable que seas adicto al sexo. 

Las buenas noticias son que hay ayuda disponible para asistirte a ti para obtener libertad de la atadura de tu adicción.

OK SOY ADICTO AL SEXO Y AHORA QUÉ?

Con la adicción sexual, lo más importante por hacer es obtener ayuda.

Esto no es algo para tomarse a la ligera. La adicción sexual tiende a hacerse en secreto contigo mismo o con una serie de compañeros anónimos con quienes no tienes conexión emocional. 

Hay una gran cantidad de temor y vergüenza unidos al hecho de dejar que alguien más sepa lo que hay dentro de ti. Ciertamente, ese era mi caso. 

Yo estaba seguro de que tenía un problema y yo supe sobre la adicción sexual por lo menos dos años antes de obtener ayuda. 

Durante este tiempo, repetidas veces traté de parar por mi cuenta, pero fallé en cada ocasión. No podía aguantar más de una semana sin ver pornografía y masturbarme. 

Al escribir esto, tengo veintiún meses de sobriedad sexual (ninguna forma de sexo conmigo mismo o con alguien más que no sea mi esposa).
UN EJEMPLO: